Los alfahidroxiácidos (AHA) son compuestos que abundan en la naturaleza, principalmente en frutas y vegetales, por ello también son conocidos como ácidos frutales.

 

Los AHA más importantes, utilizados como cosmecéuticos, son el ácido glicólico (derivado de la caña de azúcar), el ácido mandélico (derivado de la almendra) y el ácido láctico (derivado de la leche). Todos ellos poseen una gran poder humectante al hidratar las capas profundas de la piel por su capacidad de atrapar moléculas de agua y retenerlas en el tejido por un tiempo.

Algunos AHA, como el mandélico, poseen una parte de su molécula muy similar al ácido salicílico produciendo una leve descamación imperceptible de la piel y colaborando con la renovación de la epidermis, dando un aspecto más terso y suave. En verano, los AHA se pueden utilizar en vehículos de cremas fluidas, emulsiones o serum según el tipo de piel, para evitar un aspecto oleoso.

Los serum son ideales ya que humectan dando un aspecto de frescura, protegiendo a su vez la piel del rostro de la intemperie. Se pueden usar solos o combinados, en bajas concentraciones y preferentemente de noche para mantener un buen efecto humectante y suavizante durante las épocas de calor. En invierno podemos recurrir a otras moléculas para mantener el efecto antiage, pero de ello hablaremos en otra ocasión.