Los sérums son de textura muy ligera, se absorben rápidamente y se deben utilizar por la mañana y por la noche: al mes de aplicarse, ya se notan los resultados. Algunos se utilizan en todo el rostro y otros en la zona de contorno de ojos y labios. No reemplazan a las cremas o emulsiones sino que son un complemento ideal para un tratamiento intensivo de la piel. También se recomienda su aplicación luego de un tratamiento de radiofrecuencia facial, luz pulsada o láser de rejuvenecimiento.
Algunas de las substancias contenidas en los sérums son: argireline, DMAE, vitamina C, ácido hialurónico, ADN, polifenoles de la uva, entre otros.