PEDRO ROVERE

¿Qué es la dermatoscopía?


por Dr. Pedro Rovere, Médico Dermatólogo

 

ROVERE

La microscopía de superficie, microscopía de epiluminiscencia o dermatoscopía son términos que describen el uso de una luz incidente con un sistema de aumento para examinar las lesiones cutáneas. La utilización de filtros de luz polarizada son capaces de eliminar la luz reflejada por la superficie de la piel, lo cual permite que la epidermis se vuelva translúcida.

 


Un dermatoscopio adaptado a una cámara digital a través de lentes especiales nos permite registrar y documentar en imágenes un lunar, mancha o lesión, dando origen a la dermatoscopía digital.

Este hecho nos ayuda al examen, con detenimiento, de las estructuras epidérmicas y de la unión entre la dermis y la epidermis.

La dermatoscopía es de utilidad para diferenciar y estudiar las siguientes lesiones que pueden aparecer en la piel: máculas pigmentarias benignas; nevos melanocíticos (lunares); melanoma; tumores pigmentarios que no son nevos melanocíticos; lesiones vasculares; y lesiones de localizaciones especiales, como palmas, plantas, uñas y mucosas

El mayor beneficio de la dermatoscopía ha sido mejorar la precisión en el diagnóstico de melanoma en comparación con el examen a simple vista. Los estudios más recientes afirman que la sensibilidad para la detección de melanoma es de casi de un 90% utilizando la dermatoscopía, en relación a un 71% para el examen a simple vista. Cabe destacar que el diagnóstico de certeza siempre debe realizarse tomando una biopsia o extirpando toda la lesión para un estudio histopatológico realizado por un dermopatólogo.

Existen dermatoscopios en los cuales se interpone aceite de inmersión entre la superficie de la piel y la platina del equipo (vidrio que comprime levemente la lesión). Otros no utilizan líquido o platina de vidrio interpuesto y, finalmente, se puede optar por polarizar o no la luz durante el análisis de la lesión. Los dermatoscopios más modernos tienen luces LED que han mejorado los rangos de color y las estructuras detectadas.

Con el dermatoscopio, el dermatólogo debe familiarizarse con los distintos patrones y estructuras, colores o pigmentos, red pigmentaria normal, etc.

Para el diagnóstico dermatoscópico de los lunares y otras lesiones que pueden aparecer en la piel, es suficiente con un dermatoscopio digital y con la posibilidad de registrar la imagen con una cámara digital, siempre en manos de un profesional con experiencia en la técnica.

Para un mejor seguimiento, y sobre todo en casos donde el paciente presenta muchos lunares de características displásicas o antecedentes de melanoma, se requiere de un equipo con sistema digital informatizado para realizar un mapeo de lunares o videodermatoscopía. Estos son equipos más sofisticados que permiten analizar, comparar y registrar en forma muy precisa y a través del tiempo las lesiones dudosas, pero siempre hay que realizar un examen previo de toda la superficie de la piel del paciente antes de indicar el estudio a quien realmente lo necesite.

De acuerdo a cada caso en particular, se aconseja controlar los lunares cada año y volver a los seis meses si se detecta una lesión dudosa. Si la sospecha es alta, es conveniente no esperar y extirpar parte o toda la lesión para un correcto estudio histopatológico.

Para usar esta técnica, el dermatólogo debe haberse capacitado en cursos de postgrado avalados por la universidad o sociedades de dermatología.


Fuente: Atlas de Dermatoscopía. Menzies. 3ª edición. 2010.